BUENOS AIRES.- Sergio Triviño tiene 41 años y es fanático de River. En sus tiempos libres disfruta de su pasión por los cuatriciclos. Según la base de datos de la Anses, es empleado de Austral Construcciones. Hasta esta semana, lo conocían su familia y sus amigos. Ahora, su nombre sale en los diarios, se lo nombra en televisión, y su vida puede estar en peligro, según asegura la diputada Elisa Carrió, quien pidió que Triviño ingrese a la nómina de testigos protegidos.
La "fama" de Triviño se debe a que fue él quien aportó fotos del supuesto desmantelamiento de una bóveda en la casa de Lázaro Báez, en Río Gallegos. En esa bóveda, según la denuncia que hizo Jorge Lanata en el programa "Periodismo Para Todos", se guardaba dinero "negro" que provenía de negocios con Néstor Kirchner.
Según la denuncia que hizo Carrió, Báez le encargó a Triviño que desmantele la bóveda luego de la denuncia de Lanata, y él sacó fotos del proceso, porque temió ser el único poseedor de esa información, tal como reprodujo el diario "Infobae".
Según la denuncia de la diputada, Triviño colaboró con Báez para desmantelar la bóveda secreta y retirar de allí dinero, documentación y “una gran cantidad de armas”. Incluso, según Lanata, esta misma persona fue quien construyó entre el 2008 y el 2009 la bóveda.
Carrió aseguró ayer en declaraciones radiales que el empleado de Báez "decía que las fotos eran su seguro de vida, pero después se arrepintió". "Nosotros tenemos el deber de llevarlo a la justicia", agregó.
Durante la nueva recorrida por su vivienda, Lázaro volvió a conversar con los periodistas y contestó algunas preguntas. Entre ellas, aclaró que no hizo reformas en la finca: "Mi casa está igual que hace ocho años".